miércoles, 4 de febrero de 2015

Bélgica, un país pequeño pero complejo

¡Hola!

En esta entrada quiero hablar más distendidamente de las aventuras que viví la semana pasada descubriendo Bélgica, destino elegido como mi primer país a visitar en este 2015 gracias a que está allí como estudiante Erasmus @SaHuFe, un amigo mío de hace años al que todavía no había conocido en persona.

LUNES 26
Todo comenzaba en el aeropuerto de Zaragoza donde debía coger un avión a las 10:00h que me llevaría a Charleroi, desde donde tendría que coger un autobús primero para llegar al centro de dicha ciudad y después un tren para llegar a Lieja donde me esperaba mi amigo. La primera anécdota de esta semana fue encontrarme con una chica italiana recién llegada, con poco conocimiento del francés y que comenzaba entonces su estancia Erasmus precisamente en la ciudad donde iba a quedarme esos días. Así fue cómo hicimos juntos ese trayecto de algo más de hora y media en tren hasta Lieja donde me esperaba mi amigo al que por fin pude abrazar por primera vez. Al llegar a las 4 de la tarde apenas aprovechamos unas horitas (tras dejar la maleta en su casa) para ver un poquito de la ciudad desde un mirador situado al final de unas 300 escaleras. ¡Y ponto a dormir que al día siguiente nos esperaban dos ciudades que ver!
Bonita panorámica de toda Lieja anocheciendo
MARTES 27
Así es, decidimos mirar el pronóstico meteorológico y donde no iba a llover era en Brujas y Gante, así que la primera visita fue a las ciudades más lejanas a nosotros. Tras dos horas de tren, llegamos a la preciosísima y muy bien conservada ciudad de Brujas, donde supimos llegar sin problema y a tiempo al punto de partida del Free Tour "In Brugge", absolutamente recomendado. Se trata de uno de esos paseos a pie en los que un guía te va explicando con una enorme simpatía y sentido del humor diversos lugares de la ciudad, su historia y anécdotas varias, siendo tú mismo el que al final del trayecto decides cuánto pagarle en función de tu parecer. Tuvimos mucha suerte: apenas éramos cinco personas en nuestro grupo (creo recordar que tres mochileros australianos que se habían conocido la noche anterior en el albergue y nosotros dos) y tuvimos tres guías por el precio de uno (en realidad dos de ellos estaban "en prácticas" y apenas aportaban mucho). Nuestro guía Steve era tremendamente divertido y jamás hubiéramos imaginado que iba a ser él cuando lo vimos llegando al punto de encuentro con un carrito de bebé (y su hijo dentro, efectivamente), de hecho bromeábamos conforme se acercaba llamándolo "papá cartero" y después resultó ser "papá guía turístico"... ¡Menudas risas!
Foto grupal al finalizar el Free Tour "In Brugge"
Ya por la tarde, después de comer en un restaurante italiano tradicional una rica pasta, cogimos el tren con dirección Gante. Igualmente precioso y muy bien conservado su casco viejo, aunque nada comparable con Brujas, donde absolutamente toda la ciudad era de postal medieval con empedrado en sus calles, casas típicamente belgas de ladrillos y tejados puntiagudos... etc. Ésta era una ciudad más actual con el reducto antiguo en su centro, también adoquinado todo y completamente peatonal. También fue una visita muy agradable la que hicimos, esta vez, por nuestra cuenta, descubriendo toda esa zona, volviendo a casa cuando ya anochecía.
Imagen del casco antiguo de Gante
MIÉRCOLES 28
El tercer día nos levantamos algo más tarde de lo que deberíamos pero es que debíamos descansar bien de la paliza del día anterior, y como tan sólo íbamos a ver una ciudad bastante pequeña y cercana... Se trataba de Namur, a media hora en tren, y con un par de iglesias que ver y, sobre todo, la "Citadelle" (una especie de castillo en lo alto de un monte). La verdad es que fue muy bonito recorrerlo por dentro a pesar de la fina lluvia que comenzó a hacer conforme íbamos subiendo más y más arriba.
Panorámica de Namur desde lo alto de la "Citadelle"
Después de comer volvimos a Lieja para poder llegar a tiempo a la clase de circo que tenía mi amigo y a la que me hacía mucha ilusión acudir como espectador para ver esas cosas tan espectaculares tan de cerca. Lo gracioso aquí fue ver cómo me convenció uno de sus profesores para que no sólo mirara sino para que también participara. Efectivamente, me tocó probar algunos trucos con un sombrero de manipulación, algo menos arriesgado que las telas aéreas con las que practicaba sin miedo el valiente Seu. Reconozco que fue frustrante y divertido a la vez, y así además me entretuve, oye.
Os dejo un resumen en vídeo de estos tres primeros días:
JUEVES 29
El cuarto día tocaba visitar la capital del reino, después de haber visto que era la mejor opción consultando el tiempo meteorológico, y la verdad es que hacía mucho frío pero la amenaza de lluvia entre tanta nube no terminó de cumplirse dicho día. Volvimos a escoger un Free Tour para conocer resumidamente mejor la ciudad y la verdad es que volvió a ser todo un acierto. Nuestro guía Blat explicaba todo a la perfección y era muy simpático y divertido también, a la par que nos invitaba a reflexionar sobre la historia de la ciudad y de Europa. Con él vimos la Grote Markt, el mítico "Manneken Pis", la Bolsa, la catedral de Santiago, el Monte de los Museos... Después de eso visitamos por nuestra cuenta algunas cosas que se quedaron en el tintero, entre ellos el carismático "Atomium", que estaba un poquillo lejos del centro, razón por la cual tuvimos que coger el metro. Nos fuimos de allí con un buen sabor de boca por la apasionante historia que hay detrás de esta ciudad y del país en general, y con una sudadera y chocolate para regalar a la familia también.
Foto grupal antes de comenzar el Free Tour por Bruselas
VIERNES 30
Antes de que llegara el finde nos atrevimos a viajar hasta la zona flamenca de nuevo, a Amberes más concretamente, con todo lo que ello conlleva de sentirte perdido en un país con tres lenguas oficiales, cada una de ellas en sus respectivas regiones. Se trata de una ciudad portuaria que limita con los vecinos Países Bajos, lo cual notamos ya en el trasbordo de tren que tuvimos que hacer para llegar allí. Aun así, precioso también el paseo comercial y peatonal, su centro histórico con construcciones muy típicas de ladrillo y adoquinado, y una salida al mar que no habíamos visto aún. Quizás lo que más nos impresionó de esta ciudad fue la estación de tren al llegar más que el resto, la verdad es que era realmente preciosa e impresionante, sin desmerecer al resto de la ciudad, pero quizás no era ya tan novedosa la arquitectura que allí nos encontramos.
Vista del Museo MAS (Museum aan de Stroom) de Amberes
SÁBADO 31
Llegado el fin de semana mi querido amigo Seu se plantó y dijo no querer viajar más, que ya bastante nos habíamos movido por todo el país día sí y día también. Y la verdad es que no le sobraba razón al pobre, así que me quedé con las ganas de "acercarme" a Luxemburgo para conocer ese pequeño país aprovechando su cercanía. Es por esto que dedicamos el día a visitar con luz natural distintos sitios de la ciudad de Lieja. ¡Y no podía irme sin probar un gofre liejense/liejano/de Lieja (o como se traduzca eso del "gaufre liégeoise")! Supo llevarme a la mejor gofrería posible y la más conocida y emblemática, "Pollux", situada al lado de la catedral de Lieja y estaban de vicio... También pudimos apreciar ya de noche los puentes iluminados que atravesaban el río Meuse, una vista también muy agradable y bonita, sobre todo después de haber probado uno de los platos más populares en Lieja: las "boulets et frites", una especie de albóndiga gigante con las patatas fritas a lo belga, es decir, primero en un aceite menos caliente para cocerlas por dentro y luego en otro más fuerte para hacerlas crujientes por fuera. Absolutamente delicioso y recomendable.
Imagen del Museo de Oceanografía y Acuario de la ciudad
DOMINGO 1
Mi último día en esta preciosa ciudad y país lo dedicamos a conocer el mercado de frutas y verduras de cada domingo (una especie de mercadillo ambulante que ocupa bastantes kilómetros de una de las orillas del río), así como a disfrutar de otra de las vistas panorámicas desde otro mirador. Y qué mal lo pasamos porque, si tan buen tiempo había hecho estos días pasados, la suerte tenía que fallarme estas últimas horas y llover y hasta nevar en nuestra caminata. Al anochecer ya tuve que despedirme del mejor huésped que podría haber tenido (y el más paciente, el pobre) y coger el tren que me llevaría a Charleroi y de ahí el bus al aeropuerto para pasar la noche allí. Ryanair es lo que tiene, que te ofrece vuelos baratos pero a horas no muy comerciales, y en mi caso el vuelo de vuelta salía a las 7:30h de la mañana, demasiado pronto como para poder acudir de madrugada desde Lieja. No obstante fue bonito también tener esa experiencia de pasar la noche en vela en el aeropuerto, al menos para guardarla en mi memoria y pensármelo dos veces la próxima vez.
Os dejo un resumen en vídeo de estos últimos cuatro días:


P.D.: Creo que me costará olvidar las repetitivas frases de mi querido amigo diciéndome "¡Mira un puente!" cada vez que veía uno, consecuencia de que mi mente de ingeniero no dejara de fijarse en ellos en cada ciudad que visitáramos. ¿Habéis estado alguna vez en Bélgica? En caso afirmativo, ¿os gustó la ciudad que visitasteis y cuál fue? ¿Os gustaría ir alguna vez o repetir?

¡Cuidaos!
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